El entorno natural de Uceda, que recibe las aguas del río Jarama en su tramo superior brinda múltiples posibilidades de ocio relacionadas con los deportes acuáticos. El paisaje, salpicado de chopos, olmos, fresnos y sauces, es el marco idóneo para la práctica de senderismo, mountain-bike y equitación. Otras actividades alternativas de ocio, con bastante aceptación que se pueden practicar en las cercanías, son el aeromodelismo, vuelo con parapente y ala-delta en la Sopeña, o la escalada en el Pontón de la Oliva. Cabe destacar, también, la práctica de la caza menor en la zona.
Propuesta de itinerarios de senderismo:
La ruta parte desde la plaza Mayor de Uceda, desde la iglesia tomar la calle San Juan, cruzar la carretera y coger el camino que sale paralelo a la cuesta de la Charcuela.
Seguir recto, dejando el parque a la izquierda, se ve el cementerio nuevo a lo lejos. Dejándolo a la derecha, continuar la senda por el mirador panorámico sobre el valle del Jarama.
Descender hasta llegar al valle fluvial del Jarama y continuar en ascensión hasta la Peña Araguz. Desde este lugar que, es la cota más alta de la senda, caminar por el barranco del Buho desde donde se aprecia el paisaje singular de las rañas. La senda continúa viéndose una preciosa panorámica de Uceda hacia donde regresamos.
La ruta comienza en la iglesia románica de Santa María de la Varga, descendiendo por el camino que nos lleva al balcón de la Sopeña, desde el se puede disfrutar de una bella panorámica de la vega del Jarama. Continuamos camino abajo siguiendo la calzada medieval hasta llegar al río. Se regresa por el mismo lugar.
En el punto más alto de esta senda es donde dice la leyenda que un lugareño encontró la imagen de la Virgen de la Varga, que llevaba oculta los siete siglos que duró la ocupación musulmana. Desde entonces los ucedanos adoran a la Virgen de la Varga (lugar más alto de una cuesta)
Partiendo de la plaza Mayor, donde se puede admirar la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Varga y el edificio del Ayuntamiento, tomar la calle de San Juan.
Cruzando la carretera, se coge el camino hacia Torremocha, donde se encuentra una pista asfaltada. Pasada la primera curva se encuentra la fuente llamada La Pilita.
Se sigue bajando por la pista, admirando a ambos lados la impactante vegetación hasta llegar al puente del río, denominado el puente de hierro o de la Madre de Dios, en honor al convento franciscano de Torrelaguna.
Cuenta la tradición que entre los hierros que forman el puente se puede encontrar la marca del arquitecto Eiffel, autor de la famosa torre de París.
Cruzando el río, y ya en la Comunidad de Madrid, se encuentra la antigua Fábrica de Harinas, que en el siglo XIX sirvió para dar luz a todos los pueblos de alrededor. Hoy en día acoge distintos eventos.
Se halla junto al edificio la ermita de San José que perteneció a los franciscanos de Torrelaguna, datada en el siglo XVII, hoy está totalmente restaurada. Regresar al punto de partida por el mismo lugar, aprovechando la fuente de La Pilita para descansar y tomar algo de agua. Finaliza la ruta en la plaza Mayor.
Se parte desde el camino Rubiales, al lado de la gasolinera. Al final de la calle se toma un camino de tierra, en el que se siguen las indicaciones de color rojo. Caminando en paralelo al río Jarama se llega a la granja escuela. Es este un buen lugar para disfrutar de la clásica vegetación de ribera, ya que desde el puente se pueden ver alisos, sauces, chopos, álamos y toda la vegetación asociada. Se pueden reponer fuerzas en tan paradisíaco entorno. Una vez hecho el descanso, se continua por el camino entre los chopos hasta llegar a un cruce con dos caminos: tomar el de la izquierda hasta llegar a una pequeña presa en la que se observa el “puente colgante”. Tras disfrutar del atractivo paisaje, se toma el camino de vuelta por el mismo lugar.
Para realizar esta ruta es necesario coger el coche hasta el Pontón de la Oliva, desde donde se inicia el recorrido. Para llegar hasta el Pontón se toma la carretera GU-1002 dirección Torrelaguna, cuando se llega al puente ir dirección El Atazar y a unos 4 kilómetros se encuentra un camino asfaltado a la izquierda que indica Pontón de la Oliva. La ruta sale desde allí por el camino que hay pasado el puente que sale de frente al mismo. Se continúa recto hasta una bifurcación, donde hay que seguir por el camino de la derecha. Poco a poco el camino se va transformando en pendiente, que aunque no muy pronunciada, sí de poco agarre pero sin riesgo. Las Cárcavas nos quedan en este momento a la derecha. Al final de la subida, las Cárcavas quedan a los pies del caminante con un espectacular paisaje. Se pueden reponer fuerzas en este lugar.
Usted va a visitar unos parajes que encierran un valioso patrimonio natural y cultural. Para su mayor disfrute y el de las generaciones venideras, he aquí unas serie de recomendaciones que requieren la colaboración de todos nosotros: